UNIDADES DIDÁCTICAS

En España el respeto es revolucionario. Fernando de los Ríos.

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Retrato de Jovellanos por Goya, análisis de Antonio Muñoz Molina.


Lo que es nuevo, lo que nos alude siempre, es esa mirada la expresión de esa boca, la incómoda actitud entre ansiedad y esperanza. Una cara así no la había mostrado hasta entonces la pintura. Los reyes, los poderosos del Antiguo Régimen, incluso el espectral Carlos II, posan con una plena conciencia de su lugar de privilegio en las jerarquías inmutables del mundo. Pueden ser incompetentes, o abúlicos, o directamente idiotas; pueden saber que su reino está desmoronándose mientras ellos se plantan delante de ese subordinado que es siempre el pintor. Pero en ningún momento dudan de la posición que ocupan.

Jovellanos no. Jovellanos se sienta en el sillón oficial y apoya el codo en la mesa y parece que no está seguro de que mantendrá el equilibrio. Sin peluca, con una casaca gris claro, sin condecoraciones ni insignias, Jovellanos es un burgués y un advenedizo que por las circunstancias de la vida ha recibido un nombramiento y ocupa un despacho, pero él sabe que está de prestado en ese lugar, y todavía no llega a acostumbrarse a él, y agradece, en medio de tantos extraños, la cara de un amigo. Y aunque es ministro de un rey absoluto su misión va más allá de los protocolos rancios y de la salvaguarda de los privilegios: siendo un ilustrado, un literato con vocación de servicio público, ha aceptado el cargo como una oportunidad de poner en práctica sus principios, de trabajar en la tarea abrumadora de sacar al país del oscurantismo y el atraso. Los símbolos tradicionales del poder -el cortinaje, la mesa imponente- le son de muy poca asistencia, igual que la protección alegórica de la diosa Minerva. Para diosas está el mundo. Jovellanos mira la tarea la colosal que tiene por delante, mide sus propias fuerzas y tal vez comprende que son muy inferiores a su entusiasmo; y su mirada, a la vez vuelta hacia su propia conciencia y atenta al exterior, parece que ve los obstáculos que no sabrá vencer, no por ¡falta de inteligencia ni de coraje, sino tan sólo por la escala enorme de las energías políticas que serían necesarias para lograra algo en un país en el que no hay casi nada, y en el que la decencia y la capacidad de servicio público con más inconvenientes que ventajas. 

Antonio Muñoz Molina, El atrevemiento de mirar. Pág. 40-41.  

TEXTO. PRAGMÁTICA SANCIÓN DE LOS REYES CATÓLICOS POR LA QUE MANDAN SALIR DEL REINOS DE GRANADA A LOS FALSOS CONVERSOS.



/Separadores por líneas.  
                                                   
Don Fernando e doña Ysabel, por la gracia de Dios, rey e reyna de Castilla, de León, de Aragón, de Seçilia, de Granada, de Toledo, de Valencia, de /Gallizia, de Sevilla, de Córdoua, de Córçega, de Murcia, de Jahen, de los Algabes, de Algezira,de Gibraltar e de las Yslas de Cana  /ria, conde e condesa de Barçelona y señores de Vizcaya e de Molina, duques de Atenas e Neopatria, condes de Reysellón e de Cerdania marqueses de Oristan e de Gociano etcétera. A todos los conçejos, justicia, regidores, caballeros, escuderos, oficiales e omes buenos de todas  /  las çibdades e villas e logares e alcayrias de nuestro reyno de Granada e a cada uno e qualquier de vos a quien esta nuestra cata  / fuere mostrada o el traslado della significado de escriuano público. Salud e graçia.
Sepades que a nos es fecha relaçion que algunas personas que / se reconçiliaron e fueron penitençiados por el delito de la érética prauidad e apostasía en algunas çibdades de Granada e en las obras çibdades  e villas e logares/  donde primeramente bibían se an ido a bibir, e moran en la dicha çibdad de Granada e en las otras çibdades / e villas e logares e alcayrías del dicho reyno de Granada, y porque como a todos es notorio los moros y moras que avía  en el dicho / reyno se convertieron a nuestra santa fe católica, a los cuales a cavsa del poco tienpo que ha que se convirtieron tienen neçesidad de tener co / municaçión e partyçipación con personas que sean católicos christianos para que los doctrinen y enseñen en las cosas de nuestra santa fee católica. Y / porque por yspiriencia ha paresçido que en algunas partes de nuestros reynos donde algunos de los dichos reconçiliados han bibido / e biben, avnque algunos de ellos sean bueno, otros han seydo cavsa de fazer caer en algunos yerros a algunas personas con quien / an tenidos comuniçación e conversión y porque más ligeramente a los dichos nuevamente convertidos se les podría seguir algund yn- /  -conveniente sy toviesen conversaçion e comunicación con los dichos reconçiliados a cabsa de no estár aún bien ynformados en las cosas /  de nuestra santa fee católica e a la linpieça / de nuestros reynos pertenesçe proveer e remediar lo suso dicho, con acuerdo de los prelados de nuestra corte e de los del nuestro consejo que /  en ello mandamos entender y platicar, y porque fuymos requeridos sobre ello por los reuerendos padres prelados e ynquisidores / generales que entienden en las cosas de las santa ynquisyçión en estos nuestros reynos, mandamos dar esta nuestra carta e pramática sançión / la qual queremos e mandamos que aya fuerça e vigor de ley bien, asy como sy fuese fecha y promulgada en cortes a petiçión de los procuradores / de las çibdades e villas de nuestros reynos.
Por lo qual ordenamos e mandamos que del día que esta nuestra carta fuere pregonada en nuestra corte fasta (blanco) / primeros siguientes todos y qualesquier reconçiliados que biben e moran en la dicha cibdad de Granada e /  en las otras çibdades e villas e logares e alcayrías deste dicho reyno de Granada, se salgan dél e se vayan a bibir e morar a las çibdades e villas e logares donde primeramente bibían e moravan o a otras partes de nuestros reynos donde quisyeren e por bien tovieren /  e que ellos nin otros algunos reconciliados no biban nin moren de aquí adelante en las dichas çibdades e villas e logares e alcayrías /  dese dicho reyno de Granada nin en algunos dellos, nin tornen más a entrar nin estar nin contratar ellos nin otros algunos reconçiliados en essas, / dichas cibdades e villas e logares e alcayrías dese dicho reyno de Granada so pena de muerte e de perdimiento de todos sus bienes de los / que lo contrario fisieren para la nuestra cámara e fisco. E porque todo lo suso dicho sea público e notorio a todos e ninguno dello pueda pretend-/ der ynorancia mandamos que esta nuestra carta sea pregonada en nuestra corte públicamente por pregonero e ante escriuano público. E fecho / el dicho pregón e pasado el dicho término, sy alguna o algunas personas de los dichos reconçiliados fueren o pasaren contra lo en esta /  nuestra carta contenido, mandamos a vos las dichas nuestras justiçias e a cada vno de vos que executedes en ellos e en sus bienes las penas / en esta nuestra contenidas. E los vnos nin los otros non fagades nin fagan ende al por alguna manera so pena de la nuestra merçed e de diez mill maravedís / para la nuestra cámaraa a cada vno de vos que lo contrario fiziere; e demás mandamos al ome que vos esta nuestra carta mostrare que vos enplaze que pares-/ -cades ante nos en la nuestra corte doquier que nos seamos del día que vos emplazare fasta quince días primeros siguientes so la dicha pena so la / qual mandamos a qualquier escriuano público que para esto fuere llamada que dé ende al que vos la mostrare testimonio sygnado con sy sygno por / que nos sepamos en cómo se cumple nuestro mandado. Dada.

BREVE ANÁLISIS Y CLASIFICACIÓN

La finalidad del documento para nuestro repaso se centra en el estudio de la parte que aparece subrayada y que se corresponde con la intitulación, es decir, el desglose del conjunto de títulos y dignidades de ambos monarcas (Isabel y Fernando) con la intención de evidenciar uno de los aspectos esenciales del tema: los Reyes Católicos llevaron a cabo una unión personal (unidad de acción de gobierno) dentro de un conglomerado diverso de reinos.
Mientras que la Corona de Castilla tenía una estructura política claramente unitaria, los territorios que integraban la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Sicilia) constituían diferentes Estados con sus propias leyes y órganos de gobierno.
A lo largo de su reinado, los Reyes Católicos aceptaron esta pluralidad de Estados y no dejaron de reconocerla en todos sus documentos, tal y como había quedado fijado en la Concordia de Segovia (1475).
La unión de las dos coronas, Castilla y Aragón, fue personal (unión dinástica) y nunca se constituyó una unidad política y administrativa común a ambas. 









LA FORMACIÓN DEL ESTADO ESPAÑOL: LA MONARQUÍA DE LOS REYES CATÓLICOS.




MODELO DE RESUMEN Y CONTENIDOS BÁSICOS.




Incluye subrayado, comentarios y apoyos visuales.



ESQUEMA-GUIÓN.


PRESENTACIÓN DE CLASE 



PRACTICAS Y MATERIALES.





2.1. LA FORMACIÓN DEL ESTADO ESPAÑOL: LA MONARQUÍA DE LOS REYES CATÓLICOS. SUBRAYADO Y APOYO VISUAL.

EL SIGLO XVIII. REFORMISMO E ILUSTRACIÓN.



  TEMA  


Incluye subrayado, comentarios y apoyos visuales.

ESQUEMA-GUIÓN.

PRESENTACIÓN DE CLASE 

PRACTICAS Y MATERIALES.



PRÁCTICAS.                                                                                                                                 



ESQUEMA-GUIÓN. LA FORMACIÓN DEL ESTADO ESPAÑOL: LA MONARQUÍA DE LOS REYES CATÓLICOS.

2.1. LA FORMACIÓN DEL ESTADO ESPAÑOL: LA MONARQUIA DE LOS REYES CATÓLICOS.

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