LIBRO: EL MITO DE LA TRANSICIÓN
…EL CAMBIO POSIBLE por Rubén Guijarro (antiguo alumno).
Una lección de historia, homenaje a Miguel Hernández.

El bulo (mundial) del Caudillo
El mito se desvanece. Franco no convenció a Hitler de que España debía abstenerse de entrar en la II Guerra Mundial. Fue el Führer quien creyó que su colaboración podía ser un lastre
Sin embargo, 70 años después ya no puede haber lugar a la mitificación de aquel encuentro. Gracias a las investigaciones de varios historiadores, sabemos bastante bien lo que ocurrió antes, en y después de Hendaya, aunque una parte de las fuentes de la parte alemana se hayan perdido. El resultado no tiene mucho que ver con lo que cuenta la leyenda.
La correspondencia cruzada entre el Caudillo y Serrano Súñer, cuando el ministro de Gobernación y poco después ministro de Asuntos Exteriores se encontraba en Berlín para hablar con Von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores alemán, y con el mismo Hitler, no corrobora la imagen del cuñadísimo como ferviente defensor del compromiso militar de España y Franco como freno de estas pretensiones. Al contrario, en las cuatro reuniones de septiembre Von Ribbentrop trató a Serrano de forma bastante despectiva, pues no comprendía por qué el español se negaba a ceder una de las islas Canarias para el uso de la Marina alemana, cuando, según el mandatario nazi, Franco debía su triunfo en la Guerra Civil a la ayuda alemana. El español se sentía ofendido en su orgullo, pero recibía de su jefe respuestas e interpretaciones mucho más positivas que confiaban en la buena voluntad de Hitler y su supuesta comprensión de las posturas españolas, achacando los problemas a la exagerada autoestima y el deseo de protagonismo de Von Ribbentrop. En todo caso, el hecho de sentirse tratado más como un Gobierno satélite que como un potencial aliado militar contribuyó a temperar la desbordante germanofilia de Serrano Súñer, lo que también le hizo ver una hipotética entrada en la guerra con otros ojos.
Antes de llegar a Hendaya, Hitler ya había sacado la conclusión de que en ese momento la entrada de España en la guerra habría sido más un lastre que una ventaja para los intereses del Eje. Por una parte, conocía los categóricos informes de los responsables de la Wehrmacht, que constataron que Franco no poseía nada semejante a un ejército operativo y eficaz, y que cambiar esa situación requería de un costoso esfuerzo previo de rearme. Por otra parte, los bombardeos de ciudades inglesas no estaban surtiendo el efecto deseado, de manera que se imponía la impresión de que la guerra contra el único enemigo en Europa que todavía se resistía a la hegemonía alemana iba a durar más de lo estipulado. Para ello, y eso fue el tercer y decisivo argumento, Hitler necesitaba construir una amplia entente antibritánica, en la cual la Francia de Vichy estaba llamada a desempeñar un papel importante, sobre todo para cubrir el flanco africano contra los británicos y sus aliados de la Francia libre liderada por De Gaulle. Y el mariscal Pétain, presidente de la Francia colaboracionista, quiso demostrar que la confianza que Hitler depositaba en él y su régimen estaba justificada: en septiembre, las tropas de Vichy rechazaron un intento de ocupar Dakar por parte de los británicos y franceses de De Gaulle. Hitler estaba convencido, por tanto, de que si cedía ante las exigencias de Franco pagándole su entrada en la guerra con el traspaso -una vez ganada la guerra- de territorios hasta entonces franceses en África, esta concesión iba a provocar la masiva deserción de las tropas francesas en aquellos territorios coloniales y el inevitable avance de los británicos. Mussolini compartía totalmente esta valoración.
En Hendaya no hubo, por tanto, ninguna presión directa con el fin de forzar a Franco a entrar en la guerra. Hitler entendía el viaje más bien como un viaje de exploración, cuyo objetivo era el de mediar y consensuar los diferentes intereses defendidos por sus aliados en el bando antibritánico. Su mensaje era claro: todo lo que obstaculiza la consecución y puesta en práctica de esta entente bajo la hegemonía de Alemania perjudicaba a la guerra y retrasaba la victoria final. De ahí también el tremendo enfado del Führer al salir de su reunión con Franco -a Mussolini le dijo que prefería que le sacaran tres muelas antes de tener que estar otra vez nueve horas con Franco-. ¿Cómo podía un don nadie, que le debía a él su puesto, insistir en unas reivindicaciones territoriales a sabiendas de que la realización de las mismas tenía necesariamente que resquebrajar la alianza con Vichy y, por consiguiente, ayudar al enemigo?
Paul Preston está en lo cierto cuando afirma que si la España franquista no entró en la guerra, no fue el resultado de ninguna genial estrategia para evitarlo: quedó fuera porque Franco tuvo suerte. Suerte porque en septiembre y octubre de 1940 Hitler, todavía en la cúspide de su poder pero inquieto porque Inglaterra se le estaba resistiendo, estaba convencido de que Pétain le ofrecía mucho más que Franco. No es posible saberlo hoy, pero no es nada descabellada la hipótesis de que si el asalto británico a Dakar se hubiera saldado con éxito, y si, debido a ello, Pétain no hubiera tenido la oportunidad de lucirse y hacer subir sus acciones en la bolsa del poder nacionalsocialista, Hitler habría estado más receptivo ante las reivindicaciones territoriales del Caudillo. Así, una vez satisfecho su sueño de grandeza africanista, el Caudillo habría conseguido el botín que buscaba como recompensa para la entrada en la guerra. Sin embargo, la suerte redujo su participación militar activa al envío de los casi 50.000 soldados de la División Azul con el uniforme de la Wehrmacht al frente del Este.
Ludger Mees es catedrático de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.


Entrañable Labordeta...
A VECES ME PREGUNTO
A veces me pregunto qué hago yo aquí,
explicando la historia que recién aprendí:
los líos de romanos, de moros y cristianos,
el follón del marxismo y el otro coté
donde los yanquis tienen el mango y la sartén.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
viendo como la tarde se duerme frente a mí,
mientras usted Martínez se evade en el jardín,
y la dulce Encarnita García Cortejón
confunde a los etruscos con los negros del Gabón
entre miradas tiernas de Pablo el empollón.
A veces me pregunto qué hago yo aquí,
intentando que aprendan lo de la Ilustración
cuando ellos sólo entienden cosas del rock and roll
y haciendo que comprendan una revolución:
la rusa, la francesa, la de Tutankhamón
y encontrando a Picasso perdido en un balcón.
A veces me pregunto qué hago yo aquí
viendo como los días se pierden sin un fin
y menos mal que a veces una tarde de abril
un alumno te abraza y te dice: “Don José
que bien que lo pasaba en las clases de usted
con la visión cachonda del tiempo que se fue”.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
y en noches de vigilia, te rondan por doquier
los rostros de María, de Pedro y de Javier,
y el gesto de aquel chico que explicaba sin fin.
la batalla del Marne y el cruce sobre el Rhin,
y que leía versos de Rilke y Valery.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
INOLVIDABLES

DISCURSO DE GRADUACIÓN.
Decía Antonio Machado que prefería las conversaciones a los discursos, yo soy también de esa idea y me gustaría que así se entendieran mis palabras, como una simple conversación, íntima si se quiere, con los alumnos que, en última instancia, son los verdaderos protagonistas esta noche.
Me gustaría también que mis palabras sirvieran de voz colectiva del conjunto de maestros y profesores que, desde aquellos lejanos días de vuestro ingreso en el instituto han puesto su empeño en convertiros en lo que ahora sois, sobre todo y ante todo, personas críticas preparadas para afrontar nuevos retos.
Es obligada, no obstante, la referencia a vuestra familia, en especial a padres y madres. Los hijos son una forma de dar vida a la vida, vida canalizada en forma de ilusiones compartidas y proyectos en común. Durante este año muchos de vosotros habéis sufrido con ellos, aunque algunas veces ellos, inmersos en un veloz ritmo de apuntes, exámenes y trabajos quizá lo han pasado por alto sin darse cuenta de que su desvelo, era también el desvelo de una madre preocupada por esa lámpara encendida hasta altas horas de la noche, un exceso de café y una preocupante falta de descanso. Muchos también habéis sofocado nervios producidos por la zozobra, la angustia y la ansiedad. Por ello, me gustaría daros la enhorabuena, esa ilusión llamada Francisco, Francisco Javier, Mª Ángeles, Miriam, Cristina, Sergio, Alexis, Lidia, Beatriz, Lorena, Olga, Rubén, Vicente, Sonia, Mª Gema, Alberto, Jennifer, Ana Cristina, Jesús Javier y Marta, no podría dejar sin mencionar también a los alumnos de 2º B, ha conseguido superar una meta, pero el camino continúa, y así debe ser, por ello me gustaría animaros a seguir al pie del cañón ahora que muchos de ellos afrontan una nueva etapa, de estudios formales, pero también in-formales. Vuelan del hogar, pero no os preocupéis que vuelven cada fin de semana con la mochila llena de ropa para lavar, los taper vacios para llenar y algún que otro préstamo que pedir para comprar ese libro que su profesor preferido acaba de publicar.
Y ahora los alumn@s. ¿Qué decir? Comenzamos en septiembre una travesía que ahora avista puerto, hemos pasado buenos y malos ratos, aunque seguro que con la perspectiva que da el tiempo se convertirán en inolvidables. Habéis navegado las aguas de la literatura con entrañables compañeros bohemios como Max Estrella, practicado inglés con la reina Victoria, razonado con Platón y Aristóteles, habéis ejercido de hombre del tiempo, algunos osados han derivado e integrado, incluso pasivos y activos que no terminaban de cuadrar, otros, imitando a Sísifo han subido y bajado por las dos vertientes de la montaña grecolatina y todos habéis montado en ese tiovivo que es la historia de España, agrietada y áspera la mayor de las veces pero también llena de momentos y personas, muchas de ellas anónimas, que nos han invitado a apostar siempre por la esperanza y el futuro.
Ahora empieza una nueva etapa, la del mundo del trabajo, la formación profesional o la universidad, es otro momento clave, iréis madurando y muchas de las ideas que nosotros sólo hemos dibujo en trazos finos irán cogiendo densidad, vendrán nuevas materias y nuevos profesores que pondrán todo patas arribas en un tejer y destejer continuo.
Yo suelo hacer un paralelismo, sin muchas pretensiones por mi parte, entre los años universitarios y la primera vez que observamos una pintura cubista donde los ángulos desde los que se contempla el objeto, que no sería otro que la vida y nuestro mundo, se multiplican para obtener así la cuarta dimensión o suma de todas las perspectivas. No es otra, aparte de formaros como buenos economistas, filólogas, maestras, médicos, ingenieros etc.., la semilla que debe seguir regando el conocimiento, pero un conocimiento comprometido, insolente e incluso disidente y no únicamente formal.
El Presente, que ahora demanda de vosotros, ahora más que nunca, pide algo más que ese extraño ente llamado capital humano, pide de personas, personas que apunten hacia la utopía como forma de dinamizar una realidad a veces opaca pero que siempre merece ser pensada.
Me gustaría terminar con dos ideas. La primera es la respuesta que el genial escritor Max Aub daba a aquellos que le preguntaban de dónde era, a la que él, que tenía reconocidas cuatro nacionalidades, pero aun así se consideraba un apátrida, siempre respondía con una lúcida intuición “se es de donde se hace el bachillerato”. Espero que podáis sentir lo mismo, si es así, nuestra labor, habrá sido, en buena medida, fértil.
Por último, y ahora sí, me gustaría apelar a la memoria, estoy seguro que a muchos de mis alumnos no les extrañará. Alguien escribió que la memoria es ese don que nos consiente tener reunida nuestra vida y llevaba casi toda la razón, decimos casi porque la memoria, además de tener reunida nuestra vida, que no es poco, la tiene ordenada, la memoria no conserva ni almacena, sino que destaca, señaliza, llama la atención, es como un lápiz con el que subrayamos acontecimientos, momentos, personas que nos han hecho ser quienes somos y que han hecho de nuestro mundo lo que ahora es, en otras palabras, cuando decimos de alguien que nos importa tanto que ha pasado a formar parte de nuestra memoria estamos afirmando algo más importante que la constatación de que este instalado entre nuestros mejores recuerdos, estamos afirmando que ha contribuido, de manera decisiva a darles sentido. No otra cosa es lo que me gustaría que recordarais de vuestro instituto, un lugar de añejo recuerdo donde en algún momento de eso que llamamos pasado alguien os enseño que al mundo hay que buscarle un sentido para en la medida de lo posible transformarlo.
Muchas gracias por todo chic@s. Ha sido un placer ser vuestro profesor y tutor. Hasta siempre.
CONFERENCIAS DE LA FUNDACIÓN JUAN MARCH
- ► José Álvarez Junco. La formación de la identidad española.
- ►Juan Pablo Fusi. La organización territorial del Estado español (1833-1978)
- ►Miguel Artola. Regímenes políticos en la España contemporánea (1812-1931)
- ►Miguel Artola. Antiguo Régimen y Revolución liberal
- ►Ricardo García Carcel. La Guerra de la Independencia. La construcción del imaginario.
- ►José María Jover. La Cultura de la Restauración.
AUDIOS CANAL UNED
- El Senado durante la Restauración.
- Democracia, República y Restauración.
- Monarquía y República en España.
- La cultura en el ideario anarquista.
- Sexenio Democrático, Alfonso XII y Sistema Canovista.
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Sencillamente genial. Enhorabuena Rubén.



La postguerra, un tiempo de silencio y represión.


