CREACIÓN DEL IMPERIO COLONIAL: FORMAS DE COLONIZACIÓN DE AMÉRICA (SIGLOS XVI y XVII).
Los viajes de Cristóbal Colón en búsqueda de una ruta para alcanzar las Indias sentaron la bases del Imperio americano de la Corona Hispánica. Al terminar el reinado de los Reyes Católicos se habían recorrido miles de Kilómetros y se había confirmado la existencia de un nuevo continente. Esta tarea continuó a lo largo del XVI cuando se reorganizó administrativamente la colonia y se procedió a la explotación de sus recursos.
El descubrimiento de América debe enmarcarse en los viajes de exploración que portugueses y castellanos (conquista de las islas Canarias) realizaban desde comienzos del siglo XV.
La creación del Imperio Colonial español parte de la necesidad que tenía la propia Corona de Castilla de crear sus propias vías de comercio con el Oriente y no depender de genoveses y venecianos (por la vía terrestre de la conocida como Ruta de la Seda), o de portugueses (bordeando África y el Sudeste asiático para alcanzar las Indias).
LOS VIAJES DE COLÓN. DESCUBRIMIENTO El proyecto de Cristóbal Colón fue aprobado por los Reyes Católicos una vez finalizada la conquista de Granada (enero 1492), se puso en marcha con el acuerdo de las Capitulaciones de Santa Fe (17 abril 1492) por las cuales Colón consigue de los Reyes Católicos el nombramiento de Almirante, Virrey y Gobernador General en todos los territorios que descubriera o ganase durante su vida, nombrando como herederos a sus sucesores de forma vitalicia, además de un porcentaje de todas las mercaderías que hallase. Tras no pocas dificultades para conseguir financiación, el 3 de agosto de 1492 salieron de Palos (Huelva) tres naves, que después de una breve escala en Canarias, alcanzaron tierra el 12 de octubre del mismo año al llegar a una isla todavía hoy no identificada, pero probablemente la actual Watling (denomindada por los nativos Guanahaní), en Bahamas. Seguidamente, la expedición desembarco en otras islas del Caribe: San Salvador, Cuba y Haití.
A partir de ahí se hicieron otros tres viajes (1493-1496, 1498-1500, 1502-1504) de descubrimiento encabezados por Colón (que llegaron a la desembocadura del río Orinoco en 1504). Sin embargo, el gobierno de Colón en La Española estuvo rodeado de conflictos que hicieron que los monarcas enviaran como representante a Francisco de Bobadilla. Este acuso a Colón de mala administración y abuso de poder por lo que le mandó preso a Castilla. Aunque rehabilitado por los Reyes Católicos perdió el título de Gobernador de las nuevas tierras. Murió en Valladolid en 1506 convencido a haber llegado a Asia y no a un nuevo continente. Sus hijos mantuvieron una serie de pleitos (pleitos colombinos) con la Corona para intentar recuperar las condiciones pactadas con su padre.
Tras los viajes colombinos, los Reyes Católicos obtuvieron del Papa Alejandro VI varias bulas que concedían a Castilla el dominio de las tierras descubiertas a cien leguas al oeste de las islas Azores. Esto suscito las protestas de Portugal y fue preciso un nuevo acuerdo, el Tratado de Tordesillas (1494) que situó la línea a 300 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde lo que permitió a los portugueses colonizar Brasil.
CONQUISTA DE LAS INDIAS OCCIDENTALES. Desde 1499 los Reyes Católicos autorizan expediciones de carácter privado de las que se reservaban la quinta parte de los beneficios obtenidos (quinto real). En las dos primeras décadas del XVI se consolida el dominio en la Antillas con La Española como base y en 1513 Vasco Núñez de Balboa, atravesó el istmo de Panamá y descubrió el mar del Sur u océano Pacífico. Además, entre los años 1519 y 1522 tuvo lugar la primera vuelta al mundo. Iniciada por el portugués Fernando de Magallanes y culminada por el marino vasco Juan Sebastián El Cano.
El proceso de conquista fue realizado mediante capitulaciones entre la Corona y los denominados conquistadores, por las que estos últimos aportaban financiación y los hombres, mientras que la Corona legitimaba la empresa y recibía la soberanía de los nuevos territorios y parte de los beneficios.
Durante el siglo XVI, coincidiendo con el reinado de Carlos I, se fue completando la conquista del continente americano con las expediciones que condujeron a la conquista de los Imperios Azteca e Inca.
En la conquista distinguimos varias fases. La primera fase de la conquista de América se tradujo en la ocupación de gran parte de las islas caribeñas (1492-1519), una segunda se inicia con el desembarco de Hernán Cortés en Veracruz (1519) y la conquista del Imperio Azteca de 1520 junto con la conquista del Imperio Inca (1532) que cerraría el ciclo de grandes conquistas territoriales. Por último, entre 1536-1580 se completa el dominio con numerosas expediciones.
Desde Cuba, en 1519, partió Hernán Cortes hacia Veracruz, adentrándose por territorio mexicano y pactando con tribus sometidas y contrarias al emperador Moctezuma, de ese modo, doblegó al Imperio azteca, derrotándolo definitivamente en la batalla de Otumba. El nuevo territorio incorporado a la soberanía española en 1521 recibió el nombre de Nueva España.
La segunda gran expedición conquistadora fue dirigida por Francisco Pizarro a partir de 1531. Desde Panamá se adentró hacia el sur del continente, encontrándose con el Imperio inca, que abarcaba el actual Perú, Ecuador y parte de Bolivia, al que dominó en 1532, cuando sus tropas entraron en Cuzco, ejecutaron al emperador Atahualpa y culminó la conquista del Perú.
Entre 1536 y 1580, hubo numerosas expediciones como las de Pedro Valdívia a Chile; Francisco de Orellana y Lope de Aguirre al Amazonas; las de Pedro de Mendoza y Juan de Garay al río de la Plata, o las de Francisco Vázquez de Coronado y Álvaro Núñez Cabeza de Vaca a Norteamérica.
Por último, durante el reinado de Felipe II los vascos Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta llegaron a las islas Filipinas (llamada así en honor del rey) y consiguieron volver a México estableciendo una ruta fija, que sería utilizada más tarde por el galeón de Manila-Acapulco. ¿Quienes fueron los conquistadores? Sobre todo segundones de familias hidalgas (extremeños y vascos) y antiguos soldados en busca de riqueza. ¿Cómo explicar el rápido proceso de conquista? Se dieron una serie de factores favorables:
- Superioridad en armamento y en la lucha cuerpo a cuerpo. No solo los artefactos de fuego, sino el caballo, los perros de presa, la armadura ligera y la espada resultaron decisivas.
- Falta de cohesión de los imperios precolombinos, los castellanos llegan en un momento de conflictos internos en los dos grandes imperios.
- Difusión de enfermedades desconocidas en América (sarampión y viruela) que diezmaron a la población indígena.
- La superstición y las profecías que anunciaban la llegada de dioses blancos procedentes del Océano.
Sin embargo, alguno pueblos como los araucanos o mapuches del sur de Chile y Argentina resistieron durante largo tiempo la presión de los conquistadores.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA. La nuevas tierras fueron incorporadas a la Corona de Castilla, que financió la empresa y que controló su colonización mediante el establecimiento del monopolio sobre la inmigración y el comercio. Al ser vinculadas a la Corona de Castilla, las Indias, tal y como denominaron los españoles a América, no fueron considerados territorios coloniales, sino posesiones de ultramar y por ello en pie de igualdad jurídica con el resto de los territorios de la Corona. Las Indias copiaron su organización institucional, instaurándose el municipio, los cabildos, del que formaban parte los colonizadores, los virreinatos, como organización territorial superior, o las Audiencias, para ejecutar funciones judiciales y de gobierno.
El dominio español se plasmó en una serie de instituciones que no variaron durante los siglos XVI y XVII: * Desde la Península: a) Consejo de Indias (1524). Contaba con la jurisdicción sobre los asuntos americanos. b) Desde 1503 se creó la Casa de la Contratación en Sevilla con la finalidad de regular y monopolizar el comercio con América, y así como la recaudación del impuesto para la Corona. c) Implantación de un Sistema de Flotas para proteger el comercio indiano de los asaltos piráticos (1561). * En América La Administración española en América estableció la creación de dos Virreinatos, el de Nueva España (1535) con capital en México (América septentrional y central) y el de Perú (1542) con capital capital en Lima (América del Sur) dirigidos por un representante del Rey denominado virrey (procedente de la nobleza castellana).
Los virreinato estaban organizados en Gobernaciones, como unidades político-administrativas, generalmente otorgadas al jefe del ejército conquistador. En los territorios fronterizos se denominan capitanías generales. Tanto virreyes como los gobernadores tuvieron atribuciones de gobierno y justicia y capacidad para beneficiarse de los productos de la zona de su cargo.
Por último, el Corregimiento (abarcaba varios cabildos) y el cabildo se convirtió en la célula básica de la administración (en lugar de ayuntamientos se llamaban cabildos al consejo de gobierno de la ciudad) La creación de ciudades será un elemento importante en el modelo de organización y colonización castellana. Junto a la administración de gobierno tenemos la administración judicial llevada a efecto mediante las Audiencias, cuatro en el Virreinatos de Nueva España y nueve en el de Perú). Las decisiones de la Audiencia obligaban incluso al virrey, el presidente sustituía al virrey cuando el cargo estaba vacante. Las Audiencias de La España y Filipinas no dependía de ninguno de los virreinatos.
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS
La organización social y la explotación de los recursos terminó por dar forma a las instituciones más características de la dominación colonial española. Desde el principio de la conquista siempre existió una minoría peninsular que ocupó los cargos de mayor responsabilidad, pero que con el tiempo cedió poder e influencia a manos de los criollos (descendientes de peninsulares). Ambos grupos sociales controlaban la gran mayoría de los recursos y los explotaban utilizando formas venidas de la península como los repartimientos (asignación de población indígena para el trabajo en el campo) y las encomiendas (sistema de explotación basados en la “encomienda” de evangelizar a los indígenas a cambio de su trabajo); aunque también se utilizaron métodos usados por los grandes imperios precolombinos como la mita (trabajo realizado por los indígenas para el Inca, que derivó en el trabajo de la explotación de las minas de Huancavélica y especialmente, Potosí) y la minca (trabajo realizado por los indígenas para la comunidad o ayllu).Los indígenas ocuparon un puesto secundario a pesar de constituir el grupo social más numeroso pero que desde la llegada de los europeos su número no dejó de mermar como consecuencia de la propia conquista, la explotación de los propios conquistadores, la expansión de epidemias no conocidas para ellos, la transformación de la sociedad, etc… que en algunos casos fue dramático (los caribes fueron extinguidos).
Pronto se alzaron voces críticas contra el trato a los indígenas. En 1512 la Corona aprobó regular y controlar la explotación de los indígenas tras las denuncias del dominico Antonio de Montesinos en las Leyes de Burgos; pero sin duda el gran defensor de los derechos del indígena en esta etapa fue fray Bartolomé de las Casas que consiguió en 1542 que con las Leyes Nuevas los indígenas fueran contemplados como súbditos de la Corona –por lo que no podían ser explotados ni esclavizados-; además de abolir las encomiendas hereditarias. Rápidamente se produjo una respuesta desde América iniciándose una rebelión (Revuelta de los encomenderos 1542-1548) dirigida por Gonzalo Pizarro, aunque sofocada, ante el temor que las revueltas fueran una constante al implantar la abolición de la encomienda, este artículo fue bloqueado (1545).
La aparición de esta ley trató de favorecer la situación social de los indígenas, pero su alcance fue limitado; y abrió, sin proponérselo, la llegada de los esclavos africanos para las encomiendas en América.
Códice Osuna (siglo XVI). Cómo el doctor Puga maltrata a los alguaciles indígenas. El comercio con América se hizo en régimen de monopolio, la Casa de Contratación de Sevilla fue la institución encargada de dirigirlo. Desde este puerto llegaron a América toda clase de productos europeos. Sin embargo, fueron los numerosos recursos extraídos del suelo americano (cacao, tabaco, patata, etc.) pero, sobre todo, metales preciosos lo que centraron la atención de los colonizadores. El oro y la plata americana fueron la principal aportación del Imperio hispánico a la economía europea aunque tuviera escaso efectos sobre la española. A lo largo de dos siglos, el tesoro americano permitió que las reservas de oro y plata aumentaran. El rápido aumento de la cantidad de metal en circulación, tanto en España como en Europa, ante una oferta de productos que crecía lentamente, fomentó el alza sostenida de los precios dando lugar a un fenómeno conocido como revolución de los precios.
El elevado endeudamiento de la corona española (financiación de la expansión y mantenimiento del Imperio) provocó que parte de este tesoro se gastara con tanta rapidez como fue adquirido. Los banqueros alemanes y genoveses avanzaban préstamos para las guerras en Europa, de forma que luego la mayor parte del oro y la plata americana se perdía en el pago de los créditos a corto plazo concedidos y sus elevados intereses. Sus efectos dinamizadores de la economía castellana fueron escasos ya que gran parte de la riqueza acabó en manos de banqueros extranjeros o se invirtió de forma improductiva.
Finalmente nos hemos de referir al fenómeno del mestizaje, propio de la colonización española de América. La aparición de mestizos a raíz de las relaciones entre los grupos sociales originarios (indígenas, europeos y esclavos africanos), generó toda una serie de categorías (también llamadas castas) sociales, similar a la utilización de la “limpieza de sangre” en la Península para limitar privilegios. Sin embargo, este sistema fue permeable debido a la magnitud del fenómeno por lo que tras varias generaciones las castas no podían identificarse, perdiendo con el paso del tiempo la función de rol social pretendida. |
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